Derribar el muro de Berlín fue un acto completamente vandálico, como lo sería tirar la muralla china o las pirámides de Egipto. El muro era un símbolo de Berlín y aplaudir la barbarie del 89 es como aplaudir lo de Tombuctú o lo de los budas de Afganistán. Ya puestos, que derrumben la puerta de Brandenburgo.
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